29 de febrero de 2012

sólo un minuto

Nadie espera ya a nadie.
Nos hemos quedado solos en el portal nuestros pensamientos, buscamos dentro, y solo encontramos polvo, todo el mundo debería empezar de cero.
A veces necesitas un golpe muy duro en tu vida para darte cuenta que debes frenar un poco, otras veces ese golpe es tan duro, que ya no sabes como volver a arrancar.
 Hablo de la muerte, hablo de como en menos de UN MINUTO una vida escapa, y deja aqui más de cientas de vidad que esperan, sueñan, y rezan, qué esto sea una broma.
 Hablo del miedo que produce pensar que ya no esta con nosotros, del miedo al olvido, a pensar que algún día alguien conseguirá olvidar todo esto.
Ahora mismo todo el mundo se pregunta ¿qué hago? si todo esto, puede desaparecer "en menos de un minuto" no quiero seguir adelante, por que todo lo que recorra, tendré que retrocederlo "en menos de un minuto" porque a todas las personas que haré reir, haré llorar como nunca por culpa de ese "puto minuto".
Un vacío enorme inundará nuestras sonrisas "en menos de un minuto"
Pero los corazones de esas personas que lloran por ti, se llenarán con toda esa vida que tú has recorrido, con todas las sonrisas que les hayas sacado y regalado, con todas las veces que les hayas hecho feliz, con los besos, las caricias, los te quiero, los "lo siento", los reencuentros...

...y poco a poco, volverán las sonrisas al recordar que no te has ido, que estas aquí dentro, por muchos minutos más.

22 de febrero de 2012

ENREDADA

Me he paseado por los vendavales de tus ojos, he tocado tu piel hasta con mi aliento, me has hecho reir, sudar, temblar, me has hecho volver a ser una niña y a la vez, me has hecho mujer.
has sabido hasta que punto llegar muchas veces, has sabido que decirme exactamente para tenerme enganchada como una liada más de la vida a tu boca, has sabido como mirarme para no poder quitarte mis ojos de encima, te he perseguido millones de veces, en sueños, con los ojos, con las manos, con los pies, con mis piernas.
he rodeado tu cuerpo con mis sonrisas, con mis mentiras, con mis miedos, con mis aullidos. Y me he paseado por él como si fuera su dueña.
He querido acariciarte cuando debía matarte, he querido odiarte cuando en realidad me moría de ganas de besarte una vez más.
Me has hundido tropecientas veces, pero otras muchas has sabido volver hacer que brillase la luz y despertar mi ira por poseerte.
Esto jamás ha funcionado, pero las cosas más eternas son las que NUNCA funcionan, porque siempre perduran en el inconsciente de nuestros deseos,
de mis susurros, de mis gemidos...